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Huertas comunitarias devolvieron la esperanza a indígenas de La Guajira

By 23 noviembre, 2020 diciembre 2nd, 2020 No Comments

“Lo que hicimos con esta investigación participativa, fue un granito de arena, y mira cómo va contribuyendo y como se van viendo otros resultados”.

Marcela López.

 

 

El trabajo colectivo y la temporada de lluvias fortalecieron la cosecha y la esperanza en las comunidades indígenas Wayúu de La Guajira.

Cosecha de Frijol en Manaure

Fotografías: Cortesía de la comunidad de Manaure.

Marcela López, ganadora de la sexta versión del Premio Jorge Bernal y su equipo, desarrollaron un proyecto de investigación participativa, con el propósito de mitigar la desnutrición infantil en La Guajira.

Esta fue una labor de más de cinco años, con las comunidades Wayúu: Taiguaicat, Pañarrer y Limunaka del municipio de Manaure, con quienes crearon las huertas comunitarias que en la actualidad producen: sandía, auyama, maíz, frijol, melón y yuca; aportando así, la recuperación de la seguridad alimentaria en sus territorios.

 

Así nació la huerta

 

Con la comunidad se elaboró un diagnóstico y se generaron cuatro propuestas, para prevenir la desnutrición infantil. La primera, orientada a fortalecer la infraestructura, principalmente el acceso al agua. La segunda, brindar educación nutricional para el óptimo aprovechamiento de alimentos. La tercera, fortalecer las habilidades comunitarias, involucrando a la comunidad como parte activa de la solución a partir de sus conocimientos, saberes, habilidades y recursos disponibles en el territorio. Y la cuarta, recuperar la soberanía alimentaria, a través, del trueque, el pastoreo, la siembra, las artesanías u otros procesos productivos.

Los investigadores se enfocaron en desarrollar capacidades en la comunidad y las huertas establecidas para que continuaran con el desarrollo de las propuestas; especialmente, en lo relacionado con la preparación de recetas nutritivas, la siembra de alimentos y el cuidado de los animales. Las actividades de fortalecimiento comunitario las siguió desarrollando Carmen Frías, co-investigadora de la investigación y miembro del resguardo.

Estas huertas comunitarias cuentan con una extensión de seis hectáreas, divididas en cuatro lotes, cada una de 200 m2 en promedio. Están ubicadas en el territorio del Clan Arpushana, y, debido a su productividad, están en proceso de ampliarse.

La lluvia hizo brotar más rápido la primera cosecha y volvió la esperanza

 

Las lluvias de los últimos meses en La Guajira, han potenciado lo que quedó como capacidad instalada; específicamente, la huerta comunitaria que se generó en el marco del proyecto de investigación, ganador del Premio Jorge Bernal. Actualmente, cuentan con cultivos de sandía, auyama, maíz, frijol, melón y yuca. El agua de la lluvia, además, ha posibilitado el aumento significativo de las cabras y los chivos, y el cuidado de las vacas incorporadas recientemente. Esta producción, beneficia directamente a 45 familias de las comunidades Taiguaicat, Pañarrer y Limunaka del resguardo Manaure, en el que habitan 206 personas. Asimismo, se están implementando huertas caseras dentro del resguardo, por ejemplo, en algunas casas hay huertas medicinales y de consumos; al igual, otras familias las están incorporando en su día a día.

 

Este proyecto les devolvió la esperanza. Les dio la posibilidad de trabajar mancomunadamente por un objetivo, además y gracias a las capacitaciones que brindó el veterinario Andrés Domínguez con conocimientos agrícolas y que conjugara los saberes que ellos tienen alrededor del cultivo y en general de la siembra”, señala Marcela López.

 

Mujeres y niños recuperan su seguridad alimentaria

 

Hoy, las mujeres en periodo de gestación y las madres lactantes se están alimentando adecuadamente, porque han tenido acceso a los alimentos cosechados, y a la leche de vaca y de cabra. Estos cambios han posibilitado que su alimentación incida en el bienestar de bebés, niños y niñas; así mismo, en este momento no se reportan infantes enfermos y los demás se vienen recuperando poco a poco.

Cabe destacar, además, que en la comunidad no se han sentido los efectos negativos de la pandemia. Y para Carmen Frías, co-investigadora y líder Wayúu “El 2020 nos devolvió la riqueza”


Llegó el primer microacueducto

 

El empoderamiento de las autoridades de la comunidad, posibilitó que ellos mismos tocarán puertas a la Alcaldía de Manaure, quedando así, incluidos en el programa de instalación de microacueductos para las diferentes comunidades del territorio. Ahora bien, aunque este no pudo ser financiado por el Premio Jorge Bernal ni por los recursos de la Universidad de Antioquia, los investigadores consideran que el proyecto desarrollado contribuyó en gran medida a lograrlo puesto que se venía realizando en la comunidad un trabajo de fortalecimiento organizativo.

Este microacueducto también ha posibilitado el incremento del ganado y de las huertas ya que tener acceso al agua, quizá no potable del todo, pero al menos purificada y apta para el consumo humano y el consumo animal, en gran medida, posibilita que se estén dando hoy prácticas más saludables también una alimentación más adecuada”, menciona Marcela López.

Este microacueducto beneficia con el abastecimiento de agua a los habitantes de Taiguaicat y Pañarrer. Sin embargo, debido a la distancia entre las comunidades, no alcanza a llegar hasta Limunaka, donde continúan subsistiendo al acudir a otras comunidades cercanas y extrayendo el líquido de un molino averiado que les provee poca cantidad.

Seguir trabajando para erradicar el hambre

 

El interés de Carmen Frías y Marcela López está puesto en darle continuidad a esta iniciativa, gestionar recursos de diversas fuentes que les permita mantener los resultados obtenidos y que todo este esfuerzo permanezca en el tiempo, sea sostenible y se replique en otras comunidades. “Creo que lo que hicimos con esta investigación participativa con el Premio Jorge Bernal es un granito de arena, y mira cómo va contribuyendo y como se van viendo otros resultados”, concluye Marcela.

Este es uno de los proyectos ganadores del Premio Jorge Bernal del año 2016; además, contó con el apoyo financiero, orientación científica y técnica de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. Los resultados presentados van en la misma línea del ejercicio solidario de la Cooperativa Confiar, líder del Premio, que busca aportar al Bienvivir de las comunidades desde la investigación social, para la transformación de su calidad de vida.

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