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Los ideales de proyectos de vida se ven muy afectados por las condiciones reales de las mujeres indígenas en Colombia

By 18 enero, 2019 agosto 4th, 2021 No Comments

Sara Ortíz, es una joven investigadora e inquieta, que desde su formación como antropóloga ha decidido aportar a la visibilización de la problemática de la mujer joven, con el desarrollo del proyecto «Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres adolescentes de las comunidades de Veneros, San José y Tunzará del Resguardo Indígena de San Lorenzo, Caldas», ganador de la sexta versión del Premio Jorge Bernal a la investigación social.

Con el propósito de hacer un trabajo reflexivo sobre las problemáticas a las que se enfrentan las jóvenes indígenas, como el embarazo adolescente, y empezar a visiblizarlas al interior de su comunidad; Sara se ha valido de diversas estrategias de acercamiento, que van desde encuentros lúdicos, talleres de video, realización de radio, hasta talleres de fotografía para contar desde su propia visión historias de embarazo adolescente. «La idea es que ellas empiecen a reflexionar sobre este proceso para que empiecen a difundir esta problemática en la comunidad», dice Sara.

El grupo base que se ha conformado antes de iniciar el proceso de investigación, empezó con una joven de la comunidad, Erika Giraldo y varios jóvenes interesados. En la actualidad el grpo está conformado por ocho jóvenes entre 14 y 17 años, de las cuales dos están en embarazo; la idea es formarlas para que tengan las herramientas técnicas para ir a trabajar con otros grupos, pero en ocasiones la situación económica de las mujeres no les permite asistir a los talleres.

El grupo de trabajo de Sara, denominado Mujer, Comunicación y Liderazgo, en el transcurso de los 4 años que llevan en el territorio, han trabajado con madres que hoy tienen 26 años, pero cuando tuvieron su primer hijo tenían 15 años, y en total se puede hablar de unas 25 mujeres. Con ellas han trabajado producción de radio, y talleres de integración, pero por falta de personal cuentan con un grupo base de 8 personas.

Los proyectos de vida de estas adolescentes se empiezan a evidenciar desde la pregunta que les planteó para su tesis de grado, de sí se quieren casar ¿?, y ellas se ven casadas por ahí a los 30 años, y con hijos a los 26 años; sueñan con poder estudiar y ayudar a sus familias. Muchas dicen que van a ir a la universidad a estudiar medicina, o periodismo, pero se evidencia que son proyectos muy difíciles de cumplir por las condiciones que hay para las mujeres indígenas, por ejemplo de las niñas con las que trabajaron el año pasado muchas están trabajando en fábricas, o en servicio doméstico; entonces se hace notorio que «los ideales de proyectos de vida se ven muy afectados por las condiciones reales de las mujeres indígenas en Colombia. Las jóvenes siguen trabajando en cocina», sostiene Sara.

Conozco una joven que su sueño era ir a la universidad, tiene 19 años, ya es mamá, su sueño era estudiar; se formó en la comunidad con grupos de jóvenes, pero cuando se enfermó su abuela tuvo que dejar a su hijo de 2 años en la comunidad, ahora lleva 1 año y medio trabajando en cocina, y el sueño de la universidad lo dejó de lado

Lo que sigue en el trabajo de Sara con la comunidad, es la realización de un conversatorio, un programa de radio, y un documental con estas historias; de los que tendremos conocimiento en el transcurso del proceso que está proyectado a 2 años.